Sucedió la noche del 18 de Marzo.

Eran las 22:30 y yo estaba terminando de cenar con unos amigos en Sushi Roll de Plaza Galerías. Al volver a mi automóvil me di cuenta de que había perdido la tarjeta de acceso. De inmediato solicité información a un guardia para poder pagar el boleto perdido, él dijo que otro guardia llegaría y me llevaría a una oficina donde podría pagar.

En el trayecto, el segundo guardia comenzó a hablar por radio con sus compañeros para avisar que yo llegaría a pagar. Para llegar a la oficina de pago hay que pasar un trayecto muy oscuro y llegar a la zona donde los camiones descargan mercancía para las diversas tiendas de la plaza. En esa zona existe un elevador que te lleva a la parte corporativa de la plaza. Aquí es donde comienza la parte molesta.

Durante el trayecto me pidió mis datos, yo se los proporcioné y él los iba comunicando a sus compañeros vía radio, pero al momento de mencionar mis placas me dijo que no se las diera, porque en la oficina de pago las pondría en un formato. Sin embargo al momento de subir en elevador sacó su celular personal y me las pidió, me negué a proporcionarlas utilizando el mismo argumento de que las placas las entregaría en la oficina y me dijo que su jefe se las estaba pidiendo. No accedí.

Al llegar a la oficina me recibió una mujer que me hizo llenar, efectivamente, un formato de boleto perdido. Después desapareció y yo me senté para poder llenarlo. En ese momento el mismo guardia se acerca a mi y se asoma a lo que estaba anotando pero no dejé que viera mi información a lo que él dijo : “CHIN”. Después de eso entregué el formato y la mujer me dijo que esperara en lo que verificaban la información, acción que tomó aproximadamente 15 minutos.

Durante ese tiempo el guardia comenzó a recibir llamados de sus compañeros que le informaban de la situación alrededor de mi vehículo, diciendo cosas como: “Hay personas en el interior del coche”, “vamos a esperar a que se vayan” y “Son 2 hombres y 1 mujer”. En ese momento yo saqué mi teléfono y les pedí a mis amigos que no se fueran. La mujer de la oficina volvió, pagué, y regresé a donde estaba mi auto.

Logré salir, pero afuera de la plaza había un grupo de hombres bastante sospechosos.
La gente que se quedó dentro de mi coche mientras yo arreglaba la situación me dijo que uno de los guardias se encerró en la cabina de vigilancia (a pesar de que todavía había coches en el estacionamiento) y apagó la luz.

Todo esta situación me pareció sospechosa e incómoda. Tal vez pueda estar exagerando pero creo que siempre que se puedan evitar situaciones de riesgo deben tomarse precauciones. Espero que a alguien pueda ayudar con mi  testimonio y si alguien ha vivido algo similar comparta su experiencia con todos.